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1/9/12

Vietnam, el país amable-2: una historia compleja-A



 Recuerdos de la cremación en la pagoda Thien Mu.

El 11 de junio de 1963 un monje budista mahayana llamado Thich Quang Duc se inmoló quemándose vivo en Saigón como protesta por la cruenta persecución y cruel discriminación que el gobierno católico de Ngo Dinh Diem ejercía contra su religión. Los relatos de quienes vieron el hecho en directo, entre ellos el periodista David Halberstan, estremecen al narrar cómo se produjo. Los monjes llegaron precedidos de un vehículo azul y con pancartas en las que pedían al gobierno que cesara la represión contra los budistas. El monje se sentó en el suelo en la posición del loto y otros compañeros lo rociaron con un líquido inflamable, prendiéndole fuego a continuación. Las llamas se apoderaron del cuerpo con rapidez y, a pesar del terrible dolor que podemos imaginar, el monje no se movió ni emitió sonido alguno. Se cuenta además que el corazón de Thich Quang Duc quedó intacto y que lo conservan como reliquia y símbolo de compasión, mientras que a él lo reverencian como bodhisattva, es decir, el que está en camino de la suprema iluminación. Al margen de la cuestión emocional, no cabe duda que una actuación tan espeluznante sólo puede provenir de una situación desesperada.
La historia de Vietnam está llena de momentos dramáticos y situaciones extremas. No sólo hay que recordar la gran cantidad de invasiones y colonizaciones extranjeras que sufrió, sino también las propias vicisitudes internas. Vietnam fue un país dividido hasta su reunificación en 1976, norte y sur separados por el paralelo 17, dos mundos diferenciados y enfrentados. Haciendo un breve repaso por su trayectoria, encontramos puntos decisivos como los mil años de dominación China, de los que quedan innumerables vestigios, la colonización francesa y la guerra con EEUU, sin olvidar la invasión japonesa durante la II Guerra Mundial y la guerra con Camboya durante el régimen de Pol Pot, en respuesta a los repetidos ataques camboyanos en las zonas fronterizas con Vietnam.

 Bandera y retrato de Ho Chi Min


Templo chino.


En el centro de la actual Vietnam, en los alrededores de Danang, se desarrolló a principios del siglo II de nuestra era la cultura Cham, procedente del reino hindú de Champa. Quedan restos arqueológicos de aquella época que dan idea de la grandiosidad que debieron tener, a pesar de que en gran parte han sido destrozados por las bombas de la guerra contra los norteamericanos, ya que la zona fue en su día campamento de soldados vietcong. Los cham perviven en la actualidad y son en su mayoría musulmanes, aunque en origen eran hinduístas.




Restos de la cultura cham, museo de Danang.





Ciudad de la antigua cultura cham, My Son.

La influencia china fue mucho mayor, más duradera en el tiempo y considerablemente más notoria incluso en la actualidad. Desde el siglo II antes de nuestra era y por espacio de 1000 años China se apoderó de Vietnam. No todo fue negativo en esa invasión, puesto que introdujeron el cultivo del arroz y numerosas técnicas agrícolas y médicas que ayudaron al desarrollo de las tierras y las gentes. No obstante, no dejaban de ser el invasor y durante todos esos siglos hubo levantamientos populares y organizados contra los chinos, hasta que en el siglo XVI las potencias occidentales comenzaron a hacerse notar. Hoy en día es muy evidente la influencia china en Vietnam, tanto en edificios como en cultos, templos y comercios. En Hoi An especialmente se puede constatar tal influencia, puesto que perduran casas señoriales que fueron en su momento almacenes de te y otros productos llegados por mar. La parte antigua de esta ciudad está formada por casas grandes y hermosas que en su momento pertenecieron a importantes comerciantes establecidos allí. Hay todavía una gran colonia china que mantiene sus tradiciones, conserva sus templos y celebra sus ceremonias. Tuve la oportunidad de presenciar una ceremonia en el templo del siglo XVII y dedicado a Quan Cong, general valorado por su sinceridad, justicia, integridad y lealtad. Se mantienen intactas, también, las costumbres chinas en el comercio y en la preciosista caligrafía a la que se dedican algunos artesanos, así como en los adornos de los edificios, tejados llenos de detalles simbólicos, casas de madera, imágenes de dragones y coloridos representativos.












Escenas chinas en Hoi An.

Durante la II Guerra Mundial Japón ocupó Vietnam, pero manteniendo el respeto a la autoridad francesa que desde mediados del siglo XIX gobernaba el país. Fue poco el tiempo que duró su intervención, aunque el suficiente para aprovechar los recursos en su beneficio durante las campañas militares japonesas en zonas próximas. Quedan pocos elementos del paso de Japón por Vietnam y no son reflejo de su estancia durante el siglo XX, pero sí hay en Hoi An un puente, llamado precisamente "de los japoneses", edificado a finales del siglo XVI por la comunidad japonesa. Es pequeño y atraviesa un canal no muy ancho, ahora completamente dominado por la inmundicia y los malos olores. Conecta dos partes de la ciudad y está custodiado por estatuas de monos y perros, en supuesta alusión a ciertos emperadores japoneses. En la actualidad es una atracción de Hoi An, además de un punto habitual de reunión.





Puente japonés en Hoi An.


Las intervenciones extranjeras sobre Vietnam no terminan aquí, como todos sabemos. Dos importantes hitos históricos dominan los siglos XIX y XX: la colonización francesa y la guerra contra Estados Unidos. Tal vez sea ésta segunda la que más ha dado a conocer el país a lo largo del mundo, pero también es cierto que la innegable presencia francesa sigue viva y vigente en muchos usos cotidianos del Vietnam actual.

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